El pasado 7 de octubre compartimos un encuentro inolvidable que nos llevó a recorrer el mapa folklórico-musical de nuestro país
A través de una experiencia activa y participativa —observando, preguntando, tocando y cantando— los estudiantes se acercaron a nuestros instrumentos tradicionales en su contexto social, cultural e histórico.
Entre sikus, cajas, trutrucas, bombos, quenachos, violines tobas y muchos más, nos conectamos con la identidad de nuestras regiones y con la memoria colectiva que habita en cada sonido.
¡Gracias a quienes participaron, especialmente a los abuelos que se sumaron! Su presencia le dio a la actividad un hermoso valor intergeneracional, reafirmando el rol del folklore como puente entre generaciones.









