Tras las jornadas de ambientación y con gran alegría por el reencuentro, el pasado 6 de Marzo dimos inicio formalmente al ciclo lectivo 2017 para la totalidad de nuestros alumnos de Nivel Inicial y Primario.
Agradecemos una vez más a todos los miembros de nuestra comunidad educativa por el apoyo brindado y la confianza depositada. Es nuestra meta continuar creciendo y trabajando juntos por la educación de nuestros queridos estudiantes.
Compartimos a continuación las palabras de bienvenida de la Directora del Nivel Primario, Profesora Jésica Gutiérrez:
«Iniciamos un nuevo año, con energías renovadas luego de este tiempo de descanso. Por nuestra parte, recreamos nuestras fuerzas para continuar transitando este maravilloso camino elegido: el de la docencia. Retomamos lo aprendido y vivido en años anteriores pero reflexionando e intentando modificar lo necesario para continuar creciendo como escuela y como profesionales, cada uno desde su rol.
Confiamos en nuestras fuerzas y en la posibilidad cierta de poder renovar y al mismo tiempo mantener aquello que consideramos lo más importante: acompañar a nuestros niños, sus hijos, en cada momento de su crecimiento y desarrollo personal e intelectual. Brindarle a cada uno las oportunidades que necesita para aprehender la cultura de este mundo en el que viven, pero con ojos orgullosamente argentinos. Ayudarlos a promoverse como personas, que es, según lo entendemos, el mayor acto de amor y generosidad hacia la humanidad.
Recibimos hoy a los más pequeños del Nivel Primario del Instituto, nuestros alumnos de Primer Grado, que comienzan una nueva etapa en la escuela, se quitan el pintorcito, dejan sus mantelitos y tazas, y cargan sus mochilas con cuadernos, libros y cartucheras ya. Pequeños… esperamos estar a su altura para enseñarles todo lo que debemos, pero no a costa de su creatividad y libertad.
Nuestros peques de Segundo Grado, comienzan una nueva etapa del camino, con el alivio y la alegría de reencontrarse con una sonrisa cálida que les es familiar, la de su Seño.
Y ellos, los más grandes del colegio, con la experiencia que les da su tercer grado, se reencuentran con sus amigos para continuar aprendiendo pero sin renunciar a las miradas cómplices y los chistes espontáneos.
No me olvido de nuestros nuevos alumnos, que con miradas expectantes se sorprenden de todo lo nuevo, y de a poquito le van tomando cariño a este patio, a las aulas y a este aroma único que luego les será familiar.
Todos ellos tienen algo en común, esperan lo mejor de nosotros… ¡y merecen lo mejor de nosotros! Es por eso que hoy, invito a mis colegas docentes y a los adultos presentes, padres, abuelos, tíos, etc. a hacer un pacto, a asumir un compromiso conjunto por ellos, que son nuestro objetivo en común. A escucharnos y dialogar, a tratarnos con respeto y amor, a esforzarnos y brindar lo mejor de nosotros, a trabajar juntos complementando nuestras debilidades y nuestros potenciales, para lograr cooperativamente aquel objetivo en común: ofrecer a estos niños las mejores oportunidades para ser y hacerse personas de bien, los hombres y mujeres que el mundo hoy necesita más que nunca.»
.